17 de enero de 2016

¡Cuando la menopausia te fastidia la vida!

La menopausia no es una enfermedad. Es una etapa que merece ser vivida intensamente . La mayor parte de mujeres entran en ella como un paso más, sin especiales dificultades. Un pequeño porcentaje de mujeres notan grandes cambios, que van a condicionar una disminución importante en su calidad de vida. El síntoma más frecuente son las sofocaciones, que son aumentos bruscos y breves de la temperatura corporal. Si son intensas pueden producir enrojecimiento de la cara, junto con un aumento de las palpitaciones y una sensación de ansiedad. Cuando desaparece, aparece un sudor frío que deja completamente mojada. Si aparecen por la noche, rompen el sueño, siendo muchas veces difícil volver a conciliarlo. Todo ello, noche tras noche, produce cansancio. Es esta falta de sueño, la que va a condicionar una mayor irritabilidad y dificultades con las personas de alrededor, una menor capacidad de llevar a cabo actividades cotidianas con más despistes y olvidos y una sensación general de descontrol que poco a poco va disminuyendo la autoestima.



Todo esto se produce porque estas mujeres tienen una sensibilidad mayor a la falta de hormonas femeninas. Tras muchos años de presión por parte de la industria farmacéutica, para que todas las mujeres menopáusicas tomaran hormonas, presentándolas como las hormonas de la eterna juventud, se publicaron muchos estudios demostrando que el riesgo de estos tratamientos era superior a sus beneficios. Esto ha creado una gran resistencia por parte de los profesionales de la salud a recetar estos tratamientos y ha dejado a estas mujeres, que de verdad sufren intensamente la menopausia, sin una ayuda que realmente las beneficiaría.

Cada una de estas mujeres deberá decidir si quiere o no hacer este tratamiento sabiendo los beneficios (una mejoría importante en la calidad de vida)y riesgos que les va a aportar. 


Trótula quiere explicarte los riesgos conocidos de este tratamiento hormonal